
Profesor Hugo Vicencio Reyes
Documento Medio
El hombre un Espíritu Encarnado
La primera página
de la Biblia1 al detallar la forma en que el Creador fue dando vida
al Universo, reitera una y otra vez que
'Todo ello era bueno". Como coronación de su obra, Dios crea al Hombre
y, para que domine sobre todo lo creado, le ordena crecer, multiplicarse y
hacerse dueño de toda la Tierra.
A poco andar, con la distorsión que trae consigo el pecado, el avance
del hombre se hace fatigoso. Surge su división íntima y 'toda la vida humana,
la individual y la colectiva, se presenta como lucha, por cierto dramática,
entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas".
¿Qué ordenó Dios al Hombre en la creación?
LA VOZ DEL ESPÍRITU SANTO
El Concilio Vaticano II enfatiza, sin embargo, que todo cuanto haga el
hombre en el campo de la vida social sobre la Tierra, no sólo es bueno como
medio para alcanzar el destino sobrenatural, sino que es bueno en sí mismo,
tal como Dios fue encontrando "bueno" cuanto creó:
todo lo que constituye el orden temporal: bienes de la vida, de la
familia, la cultura, la economía, las artes y las profesiones, las
instituciones de la comunidad política, las relaciones internacionales y otras
realidades semejantes, así como su evolución y progreso, no son solamente
medios para el fin último del hombre sino que tienen, además, un valor propio
puesto por Dios en ellos, ya se los considere en sí mismos ya como parte de
todo el orden temporal: "y vio Dios todo lo que había hecho y era muy
bueno" (Gén. 1, 31).
Ahora,
si reunimos este conjunto de "cosas buenas" que interesan al hombre
sobre la Tierra, tendremos lo que se entiende por "valores
temporales". Con lo explicado queda en claro que estos valores son, en sí
mismos, de gran importancia para los cristianos; que éstos, en su condición de
tales, están obligados a trabajar por el desarrollo máximo de tales valores: sean
ellos educación, vivienda, diversiones, trabajo, vida familiar, acción gremial
y todo cuanto ayude a elevar la vida
personal y social del hombre sobre la Tierra.
Precisamente,
cuando estos valores enfrentan conflictos, desórdenes, injusticias o
violaciones masivas del derecho que todos los hombres tienen de gozar de ellos,
se ve más clara aún la responsabilidad del cristiano. La realidad de los
países subdesarrollados, como el nuestro y las tres cuartas partes del globo
terrestre, es sumamente elocuente a este respecto.
Las
razones expuestas nos permiten comprender por qué la Iglesia se preocupa no
sólo de asuntos espirituales, sino de todo cuanto atañe a la vida del hombre,
en todos los tiempos.
¿Que constituye el orden temporal?
¿Qué son los valores temporales?
¿La Iglesia tiene soluciones a los problemas sociales?
Al enfrentarse a los problemas del mundo
actual, el cristiano se preguntará también si la Iglesia tiene respuestas
concretas frente al inmenso cúmulo de tensiones que agitan a la sociedad de
hoy.
La Iglesia no tiene respuestas en el
sentido de un recetario donde encontrar la fórmula mágica para cada paso.
También sería poco cristiano dar un recetario: el discípulo de Cristo se sabe
libre, y debe tener la posibilidad de ejercer esa libertad al buscar elementos
para construir una sociedad cada vez más humana.
Ciertamente la Iglesia tiene su respuesta
frente a los problemas sociales, entendiendo por tal un cuerpo básico de
principios que permiten analizar y enfrentar la realidad problemática a la luz
de las enseñanzas y actitudes de Jesús. Ellos orientan la acción
social, política y económica de los cristianos. El conjunto de tales principios
en el contexto de toda la Revelación, teología y praxis de la Iglesia, en
sus dos mil años de experiencia, constituye la Doctrina Social de la
Iglesia.
¿Qué es la Doctrina social de la Iglesia?
Se trata de un conjunto ordenado de principios y
criterios que permite a los cristianos una visión integrada y de conjunto sobre
los hechos y problemas sociales, en un enfoque de acuerdo con el Evangelio de Jesús.
Es una respuesta dinámica que facilita un enfoque cristiano de los hechos
sociales; que permite dar una real dimensión a los valores temporales y
enfrentar positivamente la obligada tensión entre los principios permanentes y
las situaciones concretas y cambiantes de cualquier grupo humano.
Esta doctrina no es algo teórico y abstracto que se
petrifique en el mundo de las ideas estáticas. Como toda doctrina, está
llamada a la acción y conduce a realizaciones concretas y eficaces, ya sea
partiendo de principios seguros y fundamentales, o de la dinámica movilidad de
los hechos humanos, cotejados con aquellos principios.
¿Qué e s la Doctrina Social de la Iglesia?
Iglesia y política
Más de alguna vez habremos oído -especialmente en estos últimos años-
que se le imputa a la Iglesia estarse "metiendo" en política cuando
levanta su voz para denunciar situaciones que afectan a la dignidad de las
personas, a violaciones flagrantes a los derechos y deberes de los grupos
sociales. El mismo reproche suele lanzársele cuando ella hace oír consejos u
orientaciones sobre la forma en que deben conducirse los cristianos frente a
las realidades o problemas de la vida diaria, especialmente en el campo
social, económico, laboral y en las relaciones entre las personas,
agrupaciones, clases, autoridades, e incluso, entre las diversas naciones.
Tales acusaciones pueden, hasta hacer dudar a los
cristianos convencidos y sinceros, que, con razón, pueden preguntarse también:
¿Por qué la Iglesia se mete en estas cosas?, ¿acaso Jesucristo no dijo que su
"Reino no es de este mundo"?, ¿no constituyó Él su Iglesia para que
buscara la salvación de todos los hombres, en vez de preocuparse de asuntos
terrenales?
Indudablemente, la primera y fundamental responsabilidad de la Iglesia
es netamente religiosa: buscar por todos los medios la salvación eterna de
todos los hombres. Pero al hacerlo, no puede dejar de lado la realidad de que
el hombre es cuerpo y espíritu. Para preocuparse verdaderamente de él, hay que
hacerlo en forma completa, es decir, respetar esa doble realidad,
simultáneamente.
La Santa Iglesia, realizando todo esto, pone por obra el mandato de su
fundador, Cristo, que se refiere sobre todo a la salvación eterna del hombre,
cuando dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida", y "Yo soy
la luz del mundo".
Mas, en otro lugar, al mirar la multitud hambrienta, compadecido
prorrumpió en las palabras: "Me da compasión esta muchedumbre",
dando así prueba de preocuparse también de las exigencias terrenas de los
pueblos con los ejemplos de su vida, cuando para calmar el hambre de la multitud,
varias veces multiplicó el pan milagrosamente.8
¿Es licito que la iglesia se meta en cuestiones políticas? justifica brevemente
En resumen: Al preocuparse del hombre completo, cuerpo
y alma,
la Iglesia es consecuente con su concepto de la
persona humana y con el ejemplo de Cristo. Quienes quisieran verla reducida al
ámbito de los templos y hablando solo de
la salvación eterna, querrían en el
fondo, una Iglesia mutilada, útil tal vez para controlar las pasiones humanas,
pero que "no haga problemas" frente a ciertos egoísmos. Injusticias y otras actitudes anticristianas, que se sienten
molestas ante el peso moral de una Iglesia comprometida con la Verdad, la
Justicia y la verdadera Caridad.
La
Iglesia, para cumplir con sinceridad su misión, junto con predicar que el
hombre es imagen de Dios, debe procurar que sea respetado y viva como tal.
Cuando contempla un orden socioeconómico injusto, que oprime a la persona
humana, Ella, como custodia de la verdad
y de la moral, no puede callar, ni menos permanecer pasiva, cooperando indirectamente
con el mal.
Además, siendo la vida en este mundo la condición que
determina la suerte del hombre por toda la eternidad, la Iglesia tiene la
obligación de señalar a sus hijos las normas de conducta que han de adoptar en
todas sus actividades terrenas, para cumplir el plan de Dios en el mundo y
alcanzar su destino sobrenatural.
Todo
esto corresponde al magisterio de la Iglesia, es decir, a la "potestad y
deber" que Cristo le confió de enseñar a los hombres la verdad y tutelar
el orden moral.
Por esta razón, el mismo Concilio Vaticano
II declara:
"Es de justicia que pueda la Iglesia
en todo momento y en todas partes predicar la fe con auténtica libertad,
enseñar su doctrina social ejercer su misión entre los hombres sin traba
alguna, y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden
político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la
salvación de las almas".14
¿Por que razón la iglesia se preocupa de los problemas socioeconómicos?
EXISTENCIA DE LA ENSEÑANZA SOCIAL
La Iglesia, por tanto, debe ofrecer un
conjunto doctrinal más o menos estructurado para responder a los problemas que
plantea la vida de la persona humana en sociedad.
Juan XXIII precisó que la Iglesia proclama una
concepción siempre actual de la convivencia humana, basada en el principio de
que la persona humana es el fundamento, el fin y el sujeto" de toda
actividad social; y puntualizó que: "De este principio fundamental, el
magisterio de la Iglesia, con la colaboración de sacerdotes y seglares, ha
desarrollado, especialmente en este último siglo, una doctrina social que
indica con claridad el camino seguro para construir las relaciones de convivencia
según los criterios universales, que respondan a la naturaleza, a las diversas
esferas del orden temporal y al carácter de la sociedad contemporánea, y
precisamente por esto pueden ser aceptados por todos.15
La iglesia ha ido explicitando sus
enseñanzas en los diversos campos de la existencia, lo social, lo económico, lo
político, lo cultural, según las necesidades.
Por tanto, la finalidad de esta doctrina
de la Iglesia que aporta su visión propia del hombre y de la humanidad- es
siempre la promoción y liberación integral de la persona humana, en su
dimensión terrena y trascendente, contribuyendo así a la construcción del Reino
último y definitivo, sin confundir, sin embargo, progreso terrestre y
crecimiento del Reino de Cristo.”
Para que existe la Doctrina Social de la Iglesia?
"El aporte de la Iglesia a la
liberación y promoción humana se ha venido concretando en un conjunto de
orientaciones doctrinales y criterios de acción que solemos llamar 'enseñanza
social de la Iglesia"' (Puebla N2 472).
Sus principios, como explicábamos, se
basan en la Ley Natural y en la Revelación. Las normas de conducta sólo tienen
fuerza en el campo moral, no en el aspecto técnico. Cuando descienden a
detalles técnicos sólo pretenden aportar la opinión de la Iglesia, basada en
estudios y experiencias de personas competentes. En el terreno moral, en
cambio, la Iglesia hace pleno uso de su Magisterio, con el fin de:
a) Indicar los derechos y
deberes de cada hombre frente a sus semejantes;
b) Dar su juicio acerca de las
distintas instituciones que están al servicio del hombre;
c) Señalar la forma y
orientación que han de adoptar, para estar más de acuerdo con la Ley Natural y
la Revelación;
d) Sugerir las reformas y soluciones
que, con igual fin, podrían introducir en la vida económico-social.
Tratándose, pues, de principios y normas
morales entregadas por el magisterio de la Iglesia, la Doctrina Social es
obligatoria para los cristianos.
Decía Pío XII: "Tal doctrina es
clara en todos sus aspectos; es obligatoria; nadie se puede apartar de ella
sin peligro para la fe y para el orden moral".17
De allí deducían los obispos chilenos,
que:
"No se puede pretender ser
cristianos y marginarse de los esfuerzos por reformar las estructuras sociales
según la doctrina de la Iglesia."18
El Papa Juan XXIII puntualizó:
"Volvemos a afirmar, ante todo, que la doctrina social cristiana es una
parte integrante de la concepción cristiana de la vida".19
Según esto, los cristianos no pueden
tomar la Enseñanza Social como simples "consejos" o
"recomendaciones piadosas". Deben sentir grabada su conciencia con la
responsabilidad que les cabe respecto de ella, si quieren llamarse realmente
cristianos y, más aún, católicos.
Los principios de la Ley Natural y de la
Revelación en que se basa la Doctrina Social, evidentemente son permanentes e
inmutables. Pero en sus formas de aplicación concreta se ven enfrentados a las
realidades cambiantes de la vida social histórica.
Desarrolla
en tu cuaderno las actividades que te serán dadas
1.-Que sostuvieron los Obispos chilenos en relación al compromiso de los laicos?