jueves, 26 de septiembre de 2019

Profetas y santos


Profetas y Santos
Quién invita a poner de nuevo en el centro de la economía a la persona humana? ¿Quién denuncia el dominio de las rentas? ¿Y la cultura del descarte? ¿Y los abusos contra las trabajadoras? ¿Quién le dice al poder político y económico que no es posible gobernar eliminando a los excedentes?.
Está escrito con palabras fuertes en la Evangelii gaudium. «La dignidad de toda persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda la política económica, pero a veces parecen apéndices añadidos desde fuera para completar un discurso político sin perspectivas ni programas de verdadero desarrollo integral. ¡Cuántas palabras se han vuelto incómodas para este sistema! Molesta que se hable de ética, molesta que se hable de solidaridad mundial, molesta que se hable de repartir los bienes, molesta que se hable de defender los puestos de trabajo, molesta que se hable de la dignidad de los débiles, molesta que se hable de un Dios que exige un compromiso por la justicia. Otras veces sucede que estas palabras son objeto de una manipulación oportunista que las envilece. La cómoda indiferencia ante estas cuestiones vacía nuestra vida y nuestras palabras de todo significado» (EG203).
A toda persona, y también al cristiano y a todo creyente, le llega el momento denunciar el mal y el abuso, indicando al mismo tiempo el bien y la curación que se estiman necesarios (GS 25.76). Llega el momento de oponer resistencia a todo lo que viene del mal, aunque para hacerlo haga falta oponerse a alguna autoridad (CDSI 400) . En el Primer Testamento los profetas realizaban esta función de denuncia, que servía para llevar al centro de la vida social la justicia y la misericordia de Dios, para dar «mayor profundidad y realismo a la acción social» (CDSl25). También en este tiempo hace falta; mejor dicho, hace más falta que nunca. Hay profetas, pero solo si sabemos reconocerlos. Se llaman periodistas que luchan contra las mafias, sacerdotes de calle que abren las puertas de las parroquias a los sin techo, académicos que no dudan en decir la verdad aunque perjudique a su carrera, asociaciones que trabajan con los inmigrantes o con los discapacitados, madres que se organizan para hacer un barrio más habitable… Hoy también hay muchos profetas, aunque a menudo no sean reconocidos por la opinión pública. Los hay, afortunadamente, y son numerosos.
El profeta no es nunca una persona cómoda, porque existe desde siempre un conflicto insuperable entre profecía y poder. La profecía, efectivamente, denuncia, señala la llaga, expone el problema, aun sin querer convertir a los poderosos. Estos existen -como sabe bien el profeta- y tienen una patología intrínseca al poder mismo, como un precio que ha de pagar quien quiere mandar. Pero la única herramienta que tiene una sociedad para gestionar el poder y limitar sus abusos es hacer que los profetas lo critiquen. Los profetas tienen la libertad de espíritu suficiente para estar dispuestos a pagar sus denuncias con la margi- nación, incluso sufriendo violencia o prisión, con tal de decir a los poderosos y a la opinión pública: «Tenéis que respetar a todos, tenéis que decir la verdad, tenéis que pagar justamente a los obreros, tenéis que ocuparos de los pobres, no podéis matar la esperanza…».
No es que los poderosos sean de por sí malvados, pero no se puede negar su capacidad de opresión, a cualquier nivel: incluso en su despacho o en la familia, no solo en los parlamentos o en las grandes finanzas. Quien tiene más oportunidades que otro, la mayoría de las veces utiliza su posición dominante para gozar de determinados privilegios. Siempre ha sido así en el mundo; y hoy también es así. Por eso es necesario que alguien pronuncie un discurso profético respecto al poder; no basta con una disquisición sociológica sobre las teorías del poder, sino que hay que criticar el poder cuando abusa concretamente de su posición, cuando de hecho se utiliza contra los pobres y los más débiles. Pocos lo hacen hoy, porque la gente sabe que si denuncia los abusos se expone a tener problemas. Criticar a los poderosos es peligroso; siempre lo ha sido.
Los poderosos de hoy, los faraones del siglo xxi son en primer lugar los grandes potentados económico-financieros. Si hoy un directivo se convirtiera y quisiera cambiar el estilo de gestión de su empresa, pasando de una cultura del descarte a una visión más humanista y humanitaria de la vida económica, inmediatamente los propietarios, a los que rinde cuentas de su gestión, lo enviarían a casa, porque no manda él, sino que está colocado en ese puesto de gestor por un poder mucho más fuerte que él, pero abstracto: el de la propiedad financiera sin rostro. Como ya hemos dicho, lo vemos en la rentable industria del juego de azar, o en la industria asesina de las armas, en las que los grandes fondos financieros pasan con ligereza de las máquinas tragaperras al petróleo, de las minas a la producción de armas o a la droga, porque en realidad no les importa nada lo que se produce. Lo importante es que ese dinero produzca más dinero, mucho dinero.
Los fondos, los capitales, los bancos, las multinacionales de dimensiones globales están en manos de una casta de personas que esencialmente solo sabe hacer una cosa: aumentar sus beneficios. Son especuladores financieros que en sus agendas tienen el teléfono móvil del político de turno para contactar con él si necesitan ayuda, lícita o no. La actual dimensión abstracta del poder, su dimensión impersonal debería asustar a todos.

+ Extracto del libro «Poder y dinero. La justicia social según Bergoglio». Michele Zanzucchi 2018


miércoles, 4 de septiembre de 2019

Somos religiosos por naturaleza 2



Judaísmo e islamismo
Segunda guía

Posiblemente conozcas algo del judaísmo, pues una parte importante de su historia es compartida con el cristianismo. Ambas religiones, el cristianismo y el judaísmo, proceden de un tronco común, comparten una misma historia, unos mismos libros y unas mismas fiestas; pero, a partir de Jesús han seguido caminos diferentes y se han alejado; hoy muchos fieles de ambas religiones se desconocen mutuamente.

Origen y fundador

Es difícil precisar el origen y el fundador del judaísmo, pues es el resultado de un largo proceso. Desde sus inicios, el pueblo de Israel une historia y religión. Cree que Dios le habló y actuó en su historia pasada y sigue actuando y hablando en su historia presente. Por lo tanto, su historia es la explicación de la intervención de Dios en la vida de las personas.
No obstante, en los inicios de su historia, destacan unos personajes y unos hechos que señalan su nacimiento como pueblo y como religión.



Abraham
Dios elige al patriarca Abraham y le hace una promesa: hacer de él un gran pueblo.
En torno al siglo XX a. de C., el sur de Mesopotamia estaba poblado por tribus seminómadas que tenían una estructura patriarcal ,es decir, eran grupos familiares autosuficientes en los que el padre tenía toda la autoridad.
El Señor dijo a Abrán: Salde tu tierra nativa y de la casa de tu padre, y anda  a la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso  tu nombre, y servirá de bendición.
Bendeciré  a los que te bendigan, maldeciré  los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo. Gn. 12,1-2
Moisés
Dios, mediante Moisés, salva a su pueblo de la esclavitud de Egipto y hace una Alianza con Israel.
En el siglo XII a. C., el pueblo de Israel, guiado por Moisés, huyó de la esclavitud de Egipto hacia Canaán, la tierra prometida.
     En el monte Sinaí se estableció una Alianza entre Dios y el pueblo de Israel.
[...] El Señor llamó a Moisés desde el monte y le dijo: Habla así a la casa de Jacob, diles a los hijos de Israel: vosotros habéis visto lo que
hice a los egipcios, os llevé en alas de águila y os traje a mí; por tanto, si queréis obedecerme y guardar mi alianza, entre todos los pueblos seréis mi propiedad, porque es mía toda la tierra. Seréis un pueblo sagrado regido por sacerdotes. Gn. 19,3-6

 

Creencias o doctrinas

Con Abraham se inicia una corriente religiosa monoteísta, la creencia en un Dios único, que dará origen tanto al judaísmo como al cristianismo y al islamismo.
El Dios del judaísmo es el Dios único y absoluto, creador de todas las cosas y que se da a conocer a Abraham y Moisés como el Dios que ama y salva.
   El judaísmo no tiene un credo oficial que contenga todas las verdades que se han de creer; no obstante, su     religión se fundamenta en:

   La convicción de que Yahvé, su único Dios, lo ha escogido como pueblo elegido para darse a conocer a toda la humanidad.
   La fidelidad a la Alianza que Dios establece con su pueblo en el monte Sinaí,y la observancia y el estudio de la Ley o Decálogo que Dios entrega a Moisés.
   

Normas de vida-

Junto con la observancia y el estudio de la Ley, también existen normas de conducta contenidos en los libros sagrados:
- La Biblia hebrea, que se compone de:
    La Ley o Torá, contenida en los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
    Los libros de los Profetas: lsaías, Jeremías, Ezequiel...
    Los Escritos sapienciales: Salmos, Proverbios, el Libro de Job, el de Rut, el Cantar de los Cantares...
- El Talmud,  colección de libros que recogen las interpretaciones de la Ley según los rabinos y escribas antiguos.

El judaísmo hoy

Desde Abraham y Moisés hasta los primeros tiempos del cristianismo, una serie de acontecimientos influyeron profundamente en la evolución del judaísmo. Esta etapa de su historia se conoce como Historia de la Salvación y es compartida por el cristianismo.
El judaísmo y el cristianismo se separaron definitivamente a los pocos años del nacimiento del cristianismo. En los siglos X y XI, los judíos, dispersos por todo el mundo conocido, colaboraron en el desarrollo cultural tanto del mundo musulmán como del cristiano. Pero la intolerancia, las expulsiones de judíos de muchos países y, ya en el siglo XX, el exterminio que sufrieron durante la Segunda Guerra Mundial, han marcado profundamente su historia.


En el judaísmo actual podemos distinguir cuatro grandes corrientes:
Reformistas. Es un esfuerzo de adaptación del judaísmo a la sociedad en que viven. Creen que Dios se sigue manifestando hoy y procuran adecuar las leyes y los ritos a los tiempos actuales.
Ortodoxos. Es una réplica a la corriente reformista. Propugnan un cumplimiento escrupuloso de la Ley, que interpretan y siguen al pie de la letra.
Conservadores. Intentan reconciliar la fe judía con la cultura y la razón, pero insistiendo en la importancia de la tradición judía y el cumplimiento  de la Ley.
Hasidim. Son ortodoxos radicales, cumplidores estrictos de la Ley y de la tradición. Viven apartados de los gentiles, los no judíos, y se caracterizan por su forma de vestir: traje y sombrero negro, y por llevar largas patillas.

Cuadro síntesis del Judaísmo
Origen
creencias
Normas de vida
Libros sagrados













Islamismo
En la actualidad, es relativamente fácil entrar en contacto con el islam fuera de los países del Medio Oriente.
Su presencia se ha incrementado en Europa y Estados Unidos en los últimos años. Por una parte, grandes magnates árabes se han establecido en esos países, y por otra, se ha multiplicado en sus pueblos y ciudades el número de inmigrantes procedentes del mundo árabe que intentan rehacer y mejorar su vida entre los occidentales.



Origen y fundador

Mahoma, el fundador profeta del Islam, nació en La Meca (en la actual Arabia Saudita) hacia el año 570 d.C. A la edad de 40 años vivió una experiencia decisiva en la que se sintió llamado a ser el profeta de Alá, el Dios único. No quería fundar una religión nueva, solo pretendía que sus compatriotas siguieran al Dios de Abraham que había conocido a través de minorías judías y cristianas. Pero en el seguimiento estricto de la fe de Abraham, basado en su interpretación personal, se fue alejando cada vez más del judaísmo y del cristianismo.
          Mahoma anunciaba la existencia de un Dios único, Alá, y defendió a los pobres y explotados de una     sociedad en la que una minoría rica gobernaba sobre una población pobre. A causa de ello, fue perseguido.
Huyó de La Meca con sus discípulos y se refugió en la ciudad de Medina el 20 de septiembre del año 622. Esta fecha, conocida como Hégira, marca el inicio de la era musulmana y de su calendario.



Creencias o doctrinas

Los musulmanes se consideran descendientes de Abraham por medio de
Ismael, el hijo del patriarca y de su esclava Agar (Gn. 16,1-15).

La intuición más característica del islam es la creencia en un Dios, Alá único y absoluto, y la sumisión de la persona a Él. Islam quiere decir 'sumisión; y musulmán (muslim) es el que se somete a Dios.
Su libro sagrado es el Corán. Creen que Dios se lo dictó en lengua árabe a Mahoma a través del arcángel Gabriel. Consta de 114 suras o capítulos y un total de 6 200 versículos.
Para un musulmán, el Corán es la palabra misma de Dios. Su texto es inmutable, no se puede criticar ni contradecir. Todo está escrito y previsto. El musulmán encuentra en el Corán lo que debe creer, las normas o leyes que ha de seguir, cómo se ha de relacionar con Alá y con las personas y la organización de la sociedad civil. De ahí que para un musulmán la organización religiosa y la organización de la sociedad civil sean inseparables.


Normas de vida

Mahoma definió así el islam: "El Islam consiste en que tú confieses que no hay más Dios que Alá, y que Mahoma es su profeta. Y en que cumplas la oración ritual. Que pagues la limosna legal. Que ayunes en el mes de ramadán y que vayas en peregrinación a la casa de Alá si puedes hacerlo".
Veamos, pues, estas normas de vida que Mahoma propone, llamadas también los cinco pilares de la fe islámica:



La confesión de fe  1 Todo musulmán repite siempre la profesión de fe;  es la síntesis del

Islam: la creencia en un único Dios y en que Mahoma es su portavoz.
La oración
1    Rezan cinco veces al día: amanecer, mediodía, tarde, puesta del sol y noche.
    La oración puede ser individual o comunitaria y se ha de llevar a
cabo en un lugar puro (de ahí el uso de las esterillas) y en dirección a La Meca. El viernes los hombres rezan en la mezquita.
El ayuno
1 El ramadán es un mes de ayuno, austeridad y recogimiento, y es obligatorio a partir de los 14 años. Tiene una duración de un mes lunar, 29 días, y finaliza con tres días de fiesta.
La limosna
    La limosna o zakat es un deber hacia los pobres. El musulmán debe entregar todos los años a los pobres una limosna equivalente al 2,5°/o de su renta anua l.
La peregrinación
Todo musulmán, hombre o mujer, si posee los medios físicos y económicos necesarios, debe peregrinar a La Meca, al santuario de la Kaaba, al menos una vez en la vida.

El islam hoy

Es la segunda de las grandes religiones, en cuanto al número de fieles, tras el cristianismo. No obstante, según algunos estudios, podría ser la religión mayoritaria a mediados de nuestro siglo XXI, pues crece a una tasa del 3% anual, muy superior al cristianismo. En la actualidad se expande en las diferentes zonas del planeta, particularmente en África.
Dos son las corrientes que aparecieron ya en sus orígenes:
Suníes. Son ortodoxos y tradicionales, enemigos de cualquier innovación. Creen que con Mahoma se terminó la revelación y, por tanto, su sucesor es el guardián de la fe. Esta responsabilidad recae sobre el califa, elegido por la comunidad. Son la mayoría, el 90%.

Chiítas. Representan una minoría dentro del islam. Creen que el imán, el guía espiritual, es el único intérprete del Corán, y es el sucesor directo del profeta, cuya línea sucesoria se inició con Alí,el hijo adoptivo de Mahoma.
últimamente han proliferado grupos radicales y fundamentalistas que quieren imponer por la fuerza las prácticas más tradicionales del islam.

En tu cuaderno responde :
Qué tienen en común el judaísmo y el cristianismo
Qué promesa hace Dios a Abram
Qué rol tiene Moisés en israel
Que ocurre en el monte Sinaí
Cómo es Dios para los Judíos
Qué es la Torá
Características de la corriente Reformista en el Judaísmo
Realiza el cuadro síntesis del Judaísmo