Pecado Mortal o
Venial: La Eterna Duda
Extensa es la lista de actos o
situaciones por las cuales la gente se pregunta si tal cosa es pecado o no
Extensa es la lista de actos o situaciones por las cuales la gente se pregunta si tal cosa “es pecado o no”. Desde copiar en un examen hasta desperdiciar la comida, sin embargo, las situaciones se extienden a un número interminable, al punto de que muchas veces se puede caer en un serio fariseísmo. Justamente por ello, la Iglesia no tiene una lista con todos los actos o situaciones en las que la gente se le pueda ocurrir estar envuelta, y menos – como muchos quisieran – tiene un “pecadómetro” para medir de qué momento a qué momento se convierte algo en pecado. Sin embargo, nos da lineamientos claros para poder formar nuestra consciencia al respecto.
Extensa es la lista de actos o situaciones por las cuales la gente se pregunta si tal cosa “es pecado o no”. Desde copiar en un examen hasta desperdiciar la comida, sin embargo, las situaciones se extienden a un número interminable, al punto de que muchas veces se puede caer en un serio fariseísmo. Justamente por ello, la Iglesia no tiene una lista con todos los actos o situaciones en las que la gente se le pueda ocurrir estar envuelta, y menos – como muchos quisieran – tiene un “pecadómetro” para medir de qué momento a qué momento se convierte algo en pecado. Sin embargo, nos da lineamientos claros para poder formar nuestra consciencia al respecto.
Naturaleza del pecado
Es importante entender que todo
pecado es malo. Todo pecado tiene un efecto negativo en nosotros y en los demás, aunque
algunos son más dañinos que otros. De hecho, algunos son tan dañinos que pueden
ser mortales. Obviamente esto no quiere decir que cometiendo ciertos actos
podemos caer muertos allí mismo, sino que, algunos pecados pueden
causarnos una muerte espiritual. Estos pecados que nos causan la
muerte espiritual es lo que la Iglesia llama pecados mortales. Mientras que,
aquellos que son dañinos pero no mortales, son los que la Iglesia llama pecados
veniales.
Ante esta realidad, la
Iglesia nos da ciertos criterios para poder definir si algo puede ser
considerado pecado mortal o venial. Esto, no con el fin de
convertirnos en fariseos, y mucho menos para caer en escrúpulos confesándose
hasta cinco veces a la semana.
Criterios para detectar un pecado
mortal
La Iglesia nos enseña que hay tres aspectos
que uno debe cuestionarse para determinar si algo es o no un pecado mortal:
¿Es materia grave?
En otras palabras, ¿es una
ofensa seria y directa contra los Mandamientos de Dios? Una guía
práctica para responder esta pregunta la encontramos en los Diez
Mandamientos[2]. Se debe considerar el pecado en sí mismo, pero también
el daño que ha causado (un pecado contra nuestros padres puede ser mucho más
grave que si lo hubiésemos cometido a un extraño), y así como también
el daño causado por el.
Básicamente, para que un pecado
sea considerado como “de materia grave”, debe ser una gran ofensa a las Leyes
de Dios – y por tanto a Dios –, y que puede además causar mucho daño.
¿Tengo plena consciencia del acto
pecaminoso?
Plena consciencia implica
saber con certeza que lo que se hace es pecado. Por ejemplo, si alguien
jamás estuvo consciente de que la contracepción (control artificial de la
natalidad) era un pecado y contrario al plan de Dios con respecto al sexo, esa
persona no podría considerarse plenamente culpable (es decir, merecer una
culpa) por dicho pecado. Así es señores, el conocimiento es un poder
que implica una gran responsabilidad, algo que san Pedro conocía muy
¿El pecado se llevó acabo con pleno
consentimiento?
Quiere decir que el acto se
realizó libremente luego de una decisión consciente. Las acciones que son
realizadas bajo amenaza o algún tipo de fuerza (como que nos apunten con un
arma en la cabeza, o algo así de dramático), o acciones que son efectuadas en
un momento en que la consciencia no es plena y hay falta de lucidez (por
ejemplo, bajo la influencia de drogas, alcohol o una situación psicológica
particular) pueden limitar el grado de culpa de la persona.
Pero OJO, esto en ningún
momento quiere decir que la acción en sí misma no es un pecado; sino que la
persona puede no ser culpable del todo.
Y así, para que un pecado sea
considerado pecado mortal, deben estar presentes LAS TRES condiciones. En
resumen: un pecado es mortal cuando hay materia grave, y hay pleno conocimiento
de su pecaminosidad, y se ha elegido libremente cometerlo. Si alguna de estas
condiciones no se cumple, el pecado no sería mortal sino venial.
El pecado mortal y el Dios de Amor
Nunca falta quienes tratan de decir
que no existe tal cosa como “pecados mortales”, debido a que Dios es un Dios de
Amor, y por tanto perdona todo (algo que es correcto). Sin embargo, si nos
damos cuenta de las tres premisas antes mencionadas, nos daremos cuenta
que no es Dios quien nos “retira” su Gracia, sino que somos nosotros quienes
consciente, libre y deliberadamente decidimos apartarnos de ella. Para
hacerlo más gráfico, al cometer un pecado mortal, el mensaje es el siguiente:
“Sé que lo que estoy haciendo es una
ofensa seria contra Tu ley y que tendrá un efecto mortal en mi relación
contigo, pero no me importa. Voy a hacerlo libremente de todas maneras.”
… Eso suena a un rechazo bastante
GRANDE de Dios, así que el nombre de “pecado mortal” lo tiene bien merecido.
¿Y el pecado venial?
¿Qué hay de los pecados veniales? ¿No
son gran cosa entonces? ¡Claro que sí! Recordemos que todo pecado es una ofensa
a Dios y daña nuestra relación con El y con los demás. Mientras más
pecamos (así sean pecados veniales) más se debilitará nuestra capacidad de amar
y servir a Dios.
Hay que entender que a Dios no
le basta con darnos la gracia suficiente para sobrevivir, sino que quiere
darnos todo lo necesario para ser perfectamente santos
IMPORTANTE
Un pensamiento final para que
tengamos en mente: aunque seamos capaces de observar las acciones de otros y
determinar si lo que hacen es de materia grave (por ejemplo, si escuchamos de
alguien que cometió un asesinato), no podemos determinar el estado de su alma. Tampoco
tenemos idea de hasta qué punto la persona es consciente de su pecado y mucho
menos el grado de libertad con el que lo cometió.
Aunque podamos decir que
objetivamente un asesinato es un una grave ofensa contra Dios, no podemos decir
que esa persona sea culpable de pecado mortal, o que ha sido separada de la
gracia de Dios. Confiamos por ello a todos los pecadores (incluyéndonos
a nosotros) a la misericordia de Dios.
¿Hay pecados sin
perdón?
El arrepentimiento o contrición es indispensable para recibir el perdón
de Dios.
El único pecado que no tiene perdón es el pecado contra el Espíritu Santo. ¿Y en qué consiste este pecado? Consiste en cerrarse de mente y de corazón a la acción del Espíritu Santo (cfr. Lc. 12, 10). Y no se perdona, porque al no dejarse la persona influir por el Espíritu Santo, no puede arrepentirse, y sin arrepentimiento no puede haber perdón. En realidad el pecado contra el Espíritu Santo es el rechazo a la gracia de Dios y al arrepentimiento final: es el rechazo a Dios inclusive hasta el momento de la muerte.
El único pecado que no tiene perdón es el pecado contra el Espíritu Santo. ¿Y en qué consiste este pecado? Consiste en cerrarse de mente y de corazón a la acción del Espíritu Santo (cfr. Lc. 12, 10). Y no se perdona, porque al no dejarse la persona influir por el Espíritu Santo, no puede arrepentirse, y sin arrepentimiento no puede haber perdón. En realidad el pecado contra el Espíritu Santo es el rechazo a la gracia de Dios y al arrepentimiento final: es el rechazo a Dios inclusive hasta el momento de la muerte.
El arrepentimiento
o contrición es indispensable para recibir el perdón de Dios. Así
define la contrición el Catecismo de la Iglesia Católica: “un dolor del alma y
una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar”.
(CIC #1451)
Existe la “contrición perfecta”, que es un regalo del Espíritu Santo y consiste en optar por Dios y rechazar el pecado, porque preferimos a Dios más que a cualquier otra cosa. La “contrición perfecta” brota, entonces, del amor a Dios sobre todas las cosas. Este tipo de arrepentimiento perdona las faltas veniales y obtiene también el perdón de los pecados mortales, siempre y cuando tengamos la firme resolución de confesar esos pecados graves en el Sacramento de la Confesión enseguida que nos sea posible. (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica #1452)
Existe además la “contrición imperfecta” o “atrición”, también impulso del Espíritu Santo, por la cual nos arrepentimos de nuestros pecados debido al temor a la condenación eterna o porque podemos apreciar la fealdad del mismo pecado. Este tipo de arrepentimiento, aunque imperfecto, es suficiente para obtener el perdón de pecados mortales o veniales en el Sacramento de la Confesión. (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica #1453)
Sobre si el suicidio se perdona, he aquí lo que dice el Catecismo de la Iglesia al respecto: “No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado, por caminos que El solo conoce, la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida”. (Catecismo de la Iglesia Católica #2283)
Sólo Dios es dueño de cada vida humana. No podemos disponer de nuestra vida y de la de los demás según nuestros deseos y criterios. El mandamiento “No matar” se aplica a la muerte a uno mismo y a la muerte a los demás, incluyendo a los bebés que están aun en el vientre de su madre y desde el primer instante de su concepción, por lo que el aborto, en cualquier momento del embarazo también es un pecado grave. Otro pecado contra la vida es la eutanasia o asesinato misericordioso, que consiste en acabar con la vida de un enfermo terminal. Nadie tiene derecho, ni el enfermo, ni los médicos en decidir el momento de la muerte, por lo que el llamado “suicidio asistido” también es un pecado grave en el que está comprometido también el que colabora en suspender una vida humana.
Ahora bien, por más graves que sean estos pecados contra la vida, todos tienen perdón de Dios si se cumple con el debido arrepentimiento y, para los católicos, con la Confesión.
Existe la “contrición perfecta”, que es un regalo del Espíritu Santo y consiste en optar por Dios y rechazar el pecado, porque preferimos a Dios más que a cualquier otra cosa. La “contrición perfecta” brota, entonces, del amor a Dios sobre todas las cosas. Este tipo de arrepentimiento perdona las faltas veniales y obtiene también el perdón de los pecados mortales, siempre y cuando tengamos la firme resolución de confesar esos pecados graves en el Sacramento de la Confesión enseguida que nos sea posible. (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica #1452)
Existe además la “contrición imperfecta” o “atrición”, también impulso del Espíritu Santo, por la cual nos arrepentimos de nuestros pecados debido al temor a la condenación eterna o porque podemos apreciar la fealdad del mismo pecado. Este tipo de arrepentimiento, aunque imperfecto, es suficiente para obtener el perdón de pecados mortales o veniales en el Sacramento de la Confesión. (cfr. Catecismo de la Iglesia Católica #1453)
Sobre si el suicidio se perdona, he aquí lo que dice el Catecismo de la Iglesia al respecto: “No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado, por caminos que El solo conoce, la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida”. (Catecismo de la Iglesia Católica #2283)
Sólo Dios es dueño de cada vida humana. No podemos disponer de nuestra vida y de la de los demás según nuestros deseos y criterios. El mandamiento “No matar” se aplica a la muerte a uno mismo y a la muerte a los demás, incluyendo a los bebés que están aun en el vientre de su madre y desde el primer instante de su concepción, por lo que el aborto, en cualquier momento del embarazo también es un pecado grave. Otro pecado contra la vida es la eutanasia o asesinato misericordioso, que consiste en acabar con la vida de un enfermo terminal. Nadie tiene derecho, ni el enfermo, ni los médicos en decidir el momento de la muerte, por lo que el llamado “suicidio asistido” también es un pecado grave en el que está comprometido también el que colabora en suspender una vida humana.
Ahora bien, por más graves que sean estos pecados contra la vida, todos tienen perdón de Dios si se cumple con el debido arrepentimiento y, para los católicos, con la Confesión.
Fuente.- Catholic.net
EN tu cuaderno responde.-1.-Que es un pecado mortal?
2.- que es un pecado venial?
3.- Que características debe tener un pecado mortal?
4.-Que es la Contrcción
5.-Fundamenta, Dios perdona el suicidio?
6.-Que es el pecado contra el Espíritu Santo
7.que tipo de pecado son el aborto y la eutanasia? explica
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